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lunes, 4 de marzo de 2013

¿ES ACASO ESPAÑA UN PAÍS SIN MEMORIA, SIN GRATITUD Y SIN VERGÜENZA?



Señores del Ministerio de
Educación Cultura y “Deporte”:
A quien corresponda
De mi mayor consideración:
Promuevo este contacto con el simple cometido de saber si lo que cito en la referencia de la presente es verdadero o falso.
Según mi experiencia personal el aserto es absolutamente cierto en toda su extensión.
Fundamento mis dichos en el tratamiento que han dado a la presentación por mi efectuada ante ese ministerio referida a la homologación de mi Título de Arquitecto graduado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la prestigiosa Universidad de Buenos Aires.
Apelaré en primera instancia a lugares comunes (o tópicos como se dice en España). ¿Es que se ha olvidado el Estado español de los lazos de sangre?. ¿Será que en el presente, como comen seguido, cambian los coches todos los años, y poseen segundas residencias no recuerdan quién les dio de comer durante la guerra?. Aquí quiero hacer la aclaración de que soy consciente de que esa carne que comieron no fue gratis,...no, ya lo sé,...se trató de un negocio entre dos grandes hijos de puta, nuestro maldito demagogo Juan Domingo Perón y vuestro asesino y siniestro payaso estéril Francisco Franco. De todas maneras y en última instancia, llenaron sus estómagos gracias a las carnes argentinas.
Hoy las “carnes argentinas” somos quienes vinimos huyendo, ya no de una guerra, sino de una existencia miserable en un país vaciado por su clase dirigente. Somos “carne” y lo que llenamos esta vez no son estómagos famélicos sino espacios despreciados por los españoles que navegan sobre la ola de la soberbia, creyendo que el bienestar que les regaló la Unión Europea lo merecen por derecho propio y no por un mero hecho geográfico.
Escaparon a la Argentina con la escupidera (orinal) en la mano huyendo de la guerra y fueron recibidos con los brazos abiertos y los corazones a flor de piel. Trabajaron, crecieron, mejoraron como personas sin que nadie les pusiera barrera alguna, sin que se les coartasen las ilusiones, sin reticencias, sin N.I.E., sin períodos de prueba, sin vergonzantes colas para renovarles los votos, sin funcionarios verdugos que blanden su sello de goma cual inicuo cetro sobre el porvenir de sus víctimas forasteras, sin “homologaciones”, sin mala leche, sin hipocresía.
¿Creen honestamente los funcionarios del Ministerio de Educación Cultura y “Deporte que sus claustros tienen entidad académica para negar validez a los títulos expedidos por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires?. ¿Suponen acaso que un tribunal de “arquitectos superiores” de España tiene la altura suficiente para evaluar la formación de un Arquitecto argentino graduado en esa prestigiosa Universidad Nacional?
Si creen esto es que evidente no han caminado por las ciudades españolas. No me refiero obviamente a la arquitectura clásica que las ejoyan, me refiero a los productos edilicios (sólo se los puede definir así) que se han proyectado en los últimos cincuenta años; al pobre o inexistente lenguaje formal que exhiben sus construcciones; al insoportable olor a heces de muchos barrios que evidencia los “conocimientos técnicos” de los sanitaristas (fontaneros) españoles y de los “arquitectos” locales que debieron supervisarlos.
La arquitectura en España se puede resumir asi: existen hermosos edificios clásicos (de gloriosos arquitectos extintos), existió Gaudì (por suerte), y existen los promotores (hoy en extinción, también por suerte), y absolutamente nada más. Estos últimos individuos (los promotores), crecidos a la sombra de la chatura intelectual y de las corruptas mafias urbanísticas ejercidas por todos los gobiernos democráticos, son quienes  les han guiado el lápiz a la mayoría de los “arquitectos” españoles; y estos por el coste de un bocadillo han puesto sus firmas en los engendros edilicios que “engalanan” las ciudades de este país. No me referiré a la arquitectura en las costas porque las náuseas no me permitirían seguir con este escrito.
Ahhh....me olvidaba de unas particulares obras que son el orgullo de algunos,...los “edificios emblemáticos”,...que también existen...claro, pero a estos en España los proyectan los capitostes importados, habitantes del Olimpo de las magnas realizaciones, de los hitos de las más exquisitas obras, de los dioses del lápiz, en síntesis los caros y famosos.
Retomando el hilo del tema que inspiró este contacto mencionaré otro ejemplo de la hipocresía española en temas de “homologación”.
Realmente hay que tener mucho morro para exigir a los postulantes esa tautológica y fraudulenta “homologación”; ¿que se examinen en la cuatro asignaturas troncales de la carrera?. ¿A qué imbécil del ministerio se le ocurrió semejante sandez; y quién fue el retrasado con jerarquía superior que aprobó tal procedimiento?. ¿Pretenden quizá que curse nuevamente la carrera para examinarme ante un tribunal de supuestos pares?. ¿Con qué derecho, con qué argumentos?. ¡Sólo con el poder de la sartén por el mango!.
Es indignante la selección interesada y miserable que hace ese ministerio tomando lo que les sirve y rechazando lo que les sobra. Menciono este proceder pues el expediente de mi esposa que es médica pediatra lo aprobaron en seis meses,...claro había que permitir trabajar a quienes les cuidarían sus crías y echar a los “malditos arquitectos extranjeros” con excelentes formaciones universitarias pues pretendían participar de vuestro inmoral festín inmobiliario. ¿Seguirán todavía importando asistentas baratas para que limpien los culos de los abuelos?, ¿insistirán en seguir trayendo aviones llenos de ecuatorianos para que les peguen los ladrillos de sus “segundas residencias”?. Creo que no podrán hacerlo más.
Los platos rotos que dejó el festín de creerse los españoles que realmente eran “primer mundo” se los hará pagar la derecha que, con supina ignorancia, han puesto en el poder. No a los funcionarios por supuesto, ya que ellos continuarán posando sus privilegiados culos sobre los blandos cojines de los sillones oficiales, pero, a los españoles de a pie les harán tomar la misma medicina que nos dieron a los de afuera,...este me sirve...este no,...no importará cuanto hayan trabajado para forjarse un futuro, serán adocenados y puestos en recipientes de acuerdo a las necesidades coyunturales, igual que hicieron con nosotros, los forasteros, durante la corta borrachera que los indujo a considerarse “ciudadanos del mundo”.
Seguramente no faltaran en ese ministerio quienes califiquen mis dichos como producto del resentimiento, y acertarán; es el resentimiento que esos mismos alimentaron merced a sus negativas, trabas, obstáculos a cada pregunta, a sus inescrutables rostros de porteros de discoteca.
España mandó a la Argentina gente que suplía su ignorancia académica con valores distintos; honestidad, tenacidad, inagotable capacidad de trabajo, calidad humana, don de gentes y todas las virtudes que ayudaron a construir mi país.
Hoy, cuando sus hijos o nietos venimos a España con ese mismo patrimonio nos paran en la puerta hasta ver qué dice el “patrón” de turno. Y como es de esperar al patrón de turno le importa un carajo la reciprocidad, carece de gratitud y se pasa por el forro la solidaridad entre las gentes de bien.
Hace no muchos años (treinta o cuarenta) cuando en España todavía eran temas relevantes si cambiar la mula o no, en la Argentina se exhibían los lauros de ser potencia mundial, de tener universitarios brillantes que destacaban por mérito propio en todas partes.
¿Qué pasó en España? ¿Es que de pronto descubrieron yacimientos de materia gris? ¿Es que acaso existió un “bum” del intelecto?....¡No señores...!. Simplemente se sacaron los Euromillones de pertenecer a la Comunidad. Fue el burro que tocó la flauta por casualidad, ¡ganaron la quiniela gracias a la geografía en la que nunca se pone el sol!
España es un país SIN MEMORIA, SIN GRATITUD, SIN VERGÜENZA, PERO MÁS QUE NADA, SIN PERDÓN!.
Imagino que se impone un resumen, una sinopsis de cuáles quisieron ser los objetivos que motivaron a este pájaro argentino que firma para “tirarle a las insensibles e injustas escopetas españolas; pues bien puntualizaré mis inocuas razones.
1º-Saben de sobra que los exámenes que patrocinan no los aprobará nadie.
2º-Vuestra hipocresía no tiene límites al concertar y conspirar junto con los colegios profesionales (minúsculas adrede) la no aceptación de hecho de los títulos argentinos; son totalmente conscientes de las limitaciones de sus graduados a quienes pondrían en indefensión (1) ante el vagaje académico de altura y profundidad que tenemos, por lo general, los arquitectos argentinos.
3º-Convierten las paginas web en donde se explican los pasos a seguir respecto de las homologaciones en verdaderos galimatías para que todos aquellos que aspiren a superarlas desistan ante lo intencionalmente alambicado de su redacción y de sus condiciones.
4º-Extravían intencionalmente parte de la documentación presentada (como lo hicieron en mi caso cuando según ustedes yo no habría presentado el Certificado de Emisión de Título). A qué imbécil se le puede ocurrir que yo pudiese hacer un viaje aéreo de 12 hs. sin verificar folio por folio, que la documentación requerida que aporté oportunamente no fuese idéntica tanto en el expediente de mi esposa como en el mío propio; pues bien, el dossier de mi esposa fue aprobado pero el mío no.
5º-¿Quiénes integran ese corrupto tribunal de alzada que se expidió sobre mi expediente? ¿Quienes fueron esos “notables” que bajaron la guillotina sobre mi futuro laboral en España?. Desafío a cualquier arquitecto español a un debate sobre temas de arquitectura, a desarrollar un proyecto sobre el tema que se les ocurra; a efectuar un esquicio sobre cualquier problemática arquitectónica. A partir de allí podrán decirme si sirvo, o si estoy o no a la altura de un graduado español,...¡NO ANTES...!
6º-No está en mi espíritu que este desafío tenga como colofón que ese ministerio revea actitud alguna, pues no le asigno al español la capacidad de reconocer errores, simplemente es para quedarme tranquilo con mi conciencia y dejar a salvo el prestigio de mi título de arquitecto. Arquitecto, si señores, sin ridículas elípsis, ¿Qué es un aparejador? Qué es un arquitecto técnico?. ¿Cómo los “colegios” se avienen a aceptar “sub especialidades”. Un arquitecto es un arquitecto, así, a secas, aquí y en cualquier parte del mundo civilizado culturalmente. Cualquier otra cosa que inventen en España para subirse a los blasones academicistas es mierda retórica digna de republiquetas africanas o de países de baja estofa.
7º-Como de mis dichos podría inferirse algún desprecio hacia la intelectualidad española, quiero dejar constancia de que esto no es así, por el contrario la admiro aunque debo decir que es tan extremadamente brillante como limitada en la cantidad de sus individuos. Si no están de acuerdo tómense el trabajo de poner en un platillo de la báscula a los sobresalientes españoles y en el otro a los argentinos de toda la historia de ambos países, ya verán cuál de ellos baja más; y eso que nos descubrieron en 1492.
8º-Por último deseo expresar mi total convicción sobre la falta de honorabilidad de las autoridades de España que avalan estos execrables, injustos, deshonestos e ingratos procederes enarbolando un nacionalismo que en la práctica nunca han sabido defender.
Sin otro particular quedo a la espera de alguna respuesta, aunque en realidad debería pedir perdón por no escribir sobre papel “tissue” habida cuenta del destino que darán vuestras excelencias ministeriales a mi misiva.

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