Señores del Ministerio
de
Educación Cultura y
“Deporte”:
A quien corresponda
De mi mayor
consideración:
Promuevo
este contacto con el simple cometido de saber si lo que cito en la referencia de la presente es verdadero o falso.
Según mi experiencia personal el aserto es absolutamente cierto en
toda su extensión.
Fundamento mis dichos en el tratamiento que han dado a la
presentación por mi efectuada ante ese ministerio referida a la
homologación de mi Título de Arquitecto graduado en la Facultad de
Arquitectura y Urbanismo de la prestigiosa Universidad de Buenos
Aires.
Apelaré en primera instancia a lugares comunes (o tópicos
como se dice en España). ¿Es que se ha olvidado el Estado español
de los lazos de sangre?. ¿Será que en el presente, como comen
seguido, cambian los coches todos los años, y poseen segundas
residencias no recuerdan quién les dio de comer durante la guerra?.
Aquí quiero hacer la aclaración de que soy consciente de que esa
carne que comieron no fue gratis,...no, ya lo sé,...se trató de un
negocio entre dos grandes hijos de puta, nuestro maldito demagogo
Juan Domingo Perón y vuestro asesino y siniestro payaso estéril
Francisco Franco. De todas maneras y en última instancia, llenaron
sus estómagos gracias a las carnes argentinas.
Hoy las “carnes argentinas” somos quienes vinimos huyendo, ya no
de una guerra, sino de una existencia miserable en un país vaciado
por su clase dirigente. Somos “carne” y lo que llenamos esta vez
no son estómagos famélicos sino espacios despreciados por los
españoles que navegan sobre la ola de la soberbia, creyendo que el
bienestar que les regaló la Unión Europea lo merecen por derecho
propio y no por un mero hecho geográfico.
Escaparon a la Argentina con la escupidera (orinal) en la mano
huyendo de la guerra y fueron recibidos con los brazos abiertos y los
corazones a flor de piel. Trabajaron, crecieron, mejoraron como
personas sin que nadie les pusiera barrera alguna, sin que se les
coartasen las ilusiones, sin reticencias, sin N.I.E., sin períodos
de prueba, sin vergonzantes colas para renovarles los votos, sin
funcionarios verdugos que blanden su sello de goma cual inicuo cetro
sobre el porvenir de sus víctimas forasteras, sin “homologaciones”,
sin mala leche, sin hipocresía.
¿Creen honestamente los funcionarios del Ministerio de Educación
Cultura y “Deporte”
que sus claustros tienen entidad académica para negar validez a los
títulos expedidos por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la
Universidad de Buenos Aires?. ¿Suponen acaso que un tribunal de
“arquitectos superiores” de España tiene la altura suficiente
para evaluar la formación de un Arquitecto argentino graduado en esa
prestigiosa Universidad Nacional?
Si creen esto es que evidente no han caminado por las ciudades
españolas. No me refiero obviamente a la arquitectura clásica que
las ejoyan, me refiero a los productos edilicios (sólo se los puede
definir así) que se han proyectado en los últimos cincuenta años;
al pobre o inexistente lenguaje formal que exhiben sus
construcciones; al insoportable olor a heces de muchos barrios que
evidencia los “conocimientos técnicos” de los sanitaristas
(fontaneros) españoles y de los “arquitectos” locales que
debieron supervisarlos.
La arquitectura en España se
puede resumir asi: existen hermosos edificios clásicos (de gloriosos
arquitectos extintos), existió Gaudì (por suerte), y existen los
promotores (hoy en extinción, también por suerte), y absolutamente
nada más. Estos últimos individuos (los promotores), crecidos a la
sombra de la chatura intelectual y de las corruptas mafias
urbanísticas ejercidas por todos los gobiernos democráticos, son
quienes les han guiado el lápiz a la mayoría de los
“arquitectos” españoles; y estos por el coste de un bocadillo
han puesto sus firmas en los engendros edilicios que “engalanan”
las ciudades de este país. No me referiré a la arquitectura en las
costas porque las náuseas no me permitirían seguir con este
escrito.
Ahhh....me olvidaba de unas particulares obras que son el orgullo de
algunos,...los “edificios emblemáticos”,...que
también existen...claro, pero a estos en España los proyectan los
capitostes importados, habitantes del Olimpo de las magnas
realizaciones, de los hitos de las más exquisitas obras, de los
dioses del lápiz, en síntesis los caros y famosos.
Retomando el hilo del tema que inspiró este contacto mencionaré
otro ejemplo de la hipocresía española en temas de “homologación”.
Realmente hay que tener mucho morro para exigir a los postulantes
esa tautológica y fraudulenta “homologación”; ¿que se examinen
en la cuatro asignaturas troncales de la carrera?. ¿A qué imbécil
del ministerio se le ocurrió semejante sandez; y quién fue el
retrasado con jerarquía superior que aprobó tal procedimiento?.
¿Pretenden quizá que curse nuevamente la carrera para examinarme
ante un tribunal de supuestos pares?. ¿Con qué derecho, con qué
argumentos?. ¡Sólo con el poder de la sartén por el mango!.
Es indignante la selección interesada y miserable que hace ese
ministerio tomando lo que les sirve y rechazando lo que les sobra.
Menciono este proceder pues el expediente de mi esposa que es médica
pediatra lo aprobaron en seis meses,...claro había que permitir
trabajar a quienes les cuidarían sus crías y echar a los “malditos
arquitectos extranjeros” con excelentes formaciones universitarias
pues pretendían participar de vuestro inmoral festín inmobiliario.
¿Seguirán todavía importando asistentas baratas para que limpien
los culos de los abuelos?, ¿insistirán en seguir trayendo aviones
llenos de ecuatorianos para que les peguen los ladrillos de sus
“segundas residencias”?. Creo que no podrán hacerlo más.
Los platos rotos que dejó el festín de creerse los españoles que
realmente eran “primer mundo” se los hará pagar la derecha que,
con supina ignorancia, han puesto en el poder. No a los funcionarios
por supuesto, ya que ellos continuarán posando sus privilegiados
culos sobre los blandos cojines de los sillones oficiales, pero, a
los españoles de a pie les harán tomar la misma medicina que nos
dieron a los de afuera,...este me sirve...este no,...no importará
cuanto hayan trabajado para forjarse un futuro, serán adocenados y
puestos en recipientes de acuerdo a las necesidades coyunturales,
igual que hicieron con nosotros, los forasteros, durante la corta
borrachera que los indujo a considerarse “ciudadanos del mundo”.
Seguramente no faltaran en ese ministerio quienes califiquen mis
dichos como producto del resentimiento, y acertarán; es el
resentimiento que esos mismos alimentaron merced a sus negativas,
trabas, obstáculos a cada pregunta, a sus inescrutables rostros de
porteros de discoteca.
España mandó a la Argentina gente que suplía su ignorancia
académica con valores distintos; honestidad, tenacidad, inagotable
capacidad de trabajo, calidad humana, don de gentes y todas las
virtudes que ayudaron a construir mi país.
Hoy, cuando sus hijos o nietos venimos a España con ese mismo
patrimonio nos paran en la puerta hasta ver qué dice el “patrón”
de turno. Y como es de esperar al patrón de turno le importa un
carajo la reciprocidad, carece de gratitud y se pasa por el forro la
solidaridad entre las gentes de bien.
Hace no muchos años (treinta o cuarenta) cuando en España todavía
eran temas relevantes si cambiar la mula o no, en la Argentina se
exhibían los lauros de ser potencia mundial, de tener universitarios
brillantes que destacaban por mérito propio en todas partes.
¿Qué pasó en España? ¿Es que de pronto descubrieron yacimientos
de materia gris? ¿Es que acaso existió un “bum” del
intelecto?....¡No señores...!. Simplemente se sacaron los
Euromillones de pertenecer a la Comunidad. Fue el burro que tocó la
flauta por casualidad, ¡ganaron la quiniela gracias a la geografía
en la que nunca se pone el sol!
España es un país SIN MEMORIA, SIN GRATITUD, SIN VERGÜENZA, PERO
MÁS QUE NADA, SIN PERDÓN!.
Imagino que se impone un resumen, una sinopsis de cuáles quisieron
ser los objetivos que motivaron a este pájaro argentino que firma
para “tirarle a las insensibles e injustas escopetas españolas;
pues bien puntualizaré mis inocuas razones.
1º-Saben de sobra que los exámenes que patrocinan no los aprobará
nadie.
2º-Vuestra hipocresía no tiene límites al concertar y conspirar
junto con los colegios profesionales (minúsculas adrede) la no
aceptación de hecho de los títulos argentinos; son totalmente
conscientes de las limitaciones de sus graduados a quienes pondrían
en indefensión (1) ante el vagaje académico de altura y
profundidad que tenemos, por lo general, los arquitectos argentinos.
3º-Convierten las paginas web en donde se explican los pasos a
seguir respecto de las homologaciones en verdaderos galimatías para
que todos aquellos que aspiren a superarlas desistan ante lo
intencionalmente alambicado de su redacción y de sus condiciones.
4º-Extravían intencionalmente parte de la documentación presentada
(como lo hicieron en mi caso cuando según ustedes yo no habría
presentado el Certificado de Emisión de Título). A qué imbécil se
le puede ocurrir que yo pudiese hacer un viaje aéreo de 12 hs. sin
verificar folio por folio, que la documentación requerida que aporté
oportunamente no fuese idéntica tanto en el expediente de mi esposa
como en el mío propio; pues bien, el dossier de mi esposa fue
aprobado pero el mío no.
5º-¿Quiénes integran ese corrupto tribunal de alzada que se
expidió sobre mi expediente? ¿Quienes fueron esos “notables”
que bajaron la guillotina sobre mi futuro laboral en España?.
Desafío a cualquier arquitecto español a un debate sobre temas de
arquitectura, a desarrollar un proyecto sobre el tema que se les
ocurra; a efectuar un esquicio sobre cualquier problemática
arquitectónica. A partir de allí podrán decirme si sirvo, o si
estoy o no a la altura de un graduado español,...¡NO ANTES...!
6º-No está en mi espíritu que este desafío tenga como colofón
que ese ministerio revea actitud alguna, pues no le asigno al español
la capacidad de reconocer errores, simplemente es para quedarme
tranquilo con mi conciencia y dejar a salvo el prestigio de mi título
de arquitecto. Arquitecto, si señores, sin ridículas elípsis, ¿Qué
es un aparejador? Qué es un arquitecto técnico?. ¿Cómo los
“colegios” se avienen a aceptar “sub especialidades”. Un
arquitecto es un arquitecto, así, a secas, aquí y en cualquier
parte del mundo civilizado culturalmente. Cualquier otra cosa que
inventen en España para subirse a los blasones academicistas es
mierda retórica digna de republiquetas africanas o de países de
baja estofa.
7º-Como de mis dichos podría inferirse algún desprecio hacia la
intelectualidad española, quiero dejar constancia de que esto no es
así, por el contrario la admiro aunque debo decir que es tan
extremadamente brillante como limitada en la cantidad de sus
individuos. Si no están de acuerdo tómense el trabajo de poner en
un platillo de la báscula a los sobresalientes españoles y en el
otro a los argentinos de toda la historia de ambos países, ya verán
cuál de ellos baja más; y eso que nos descubrieron en 1492.
8º-Por último deseo expresar mi
total convicción sobre la falta de honorabilidad de las autoridades
de España que avalan estos execrables, injustos, deshonestos
e ingratos procederes enarbolando un nacionalismo que en la práctica
nunca han sabido defender.
Sin otro particular quedo a la espera de alguna respuesta, aunque en
realidad debería pedir perdón por no escribir sobre papel
“tissue” habida cuenta del
destino que darán vuestras excelencias ministeriales a mi misiva.
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